viernes, 20 de junio de 2014

Un sentimiento llamado "No sé"

Ya no sabes si reír o llorar.
Ya no sabes si hablar o callar.
Ya no sabes si dormir o bailar.
Ya no sabes si mentir o decir la verdad.
Ya no sabes si comer o ayunar.
Ya no sabes si creer o desconfiar,
si amar u odiar.
Ya no sabes si caer...o echar a volar sin más.



Y abres los ojos. Primero uno, y luego el otro. Los vuelves a cerrar. Y repites. La luz te ciega. Te desperezas. Te chasquean los huesos y los sientes más relajados.
Suspiras y es cuando el chaparrón de agua fría te cae encima.
¿Tienes elección? No.
Es como un menú impredecible que varía sin ton ni son.
Hoy toca desmelenarse.
Mañana dormirás todo el día.
Pero pasado no querrás ni pisar tu casa.
Atenta, porque al día siguiente te apagarás como la mecha sin gas.

Semanas desprovistas de toda lógica alguna, pues pasan volando como motas de polvo delante de tus narices. Irritantes. Cosquilleándote la cara. Pegándose a tu garganta produciendo un desagradable picor. Tan molestas y escurridizas.

¿Y tú qué haces? Nada.
¿Qué puedes hacer? Nada. Tomarte un Dormidina creyendo que así, al menos, te libras de esa fastidiosa situación. Calladita se está más guapa. Pero, ¿es la situación, o lo eres tú?
Tú eres la fastidiosa. La que irrita. La que tiene un continuo bamboleo de sube y baja de emociones. Una sarta de variedades que pa' qué.

Y es latoso pues sabes que no lo puedes controlar. Y lo que se te escapa de las manos te joroba aún más. Es como una menstruación crónica. Pero yo sé por qué caminas sin importante si quiera a dónde es que vas. Y es que lo que tú aún no sabes es que todo esto viene en un pack. Es tu defecto de fábrica. ¿Quiere ser la Señorita Autonomía? Sigue y aguanta.
Si algo se te escapa de las manos, manos sudorosas de la expectación de lo incierto, te las secas. Y te vuelves a agarrar.

Es inútil. Decirle a alguien tan molido que se reponga es como decirle a alguien con la pierna rota que vaya corriendo a un hospital. ¿Irónico? Bastante.
Pero que nunca se pierda el detalle de decirlo.

Pero, ¿qué es aún más irónico? El que uno sepa en qué situación se encuentra. Saber la solución, y no llevarla a cabo. Eres un problema de matemáticas tan sumamente fácil que ni si quiera hay un ápice de intención.

Te encuentras sola, perdida entre lo que crees que son problemas, te sientes incapaz de seguir adelante y estás pidiendo ayuda sin manifestarlo si quiera. Solo lo sabes manifestar torturándote a ti misma. Y esto no es solo una impresión mía, es algo mucho más preciso.

¿Qué quieres? No lo sabes. ¿Blanco? No. Lo tuyo es el negro. ¿Negro? Ahora te tira más el gris.
Quizás no era la pregunta adecuada: ¿Qué necesitas? Puede que paz.

Sin paz, una persona que está inmersa en un torbellino de "sin saberes", en la alegría o en la tristeza, en el reclamo y no puede vivir, no puede amar.
Aparece la depresión que es una muerte interior , porque dejas de sentir.

Y te escondes.

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