domingo, 21 de octubre de 2012

Ama como ama el amor.

Las personas, ahora, camuflan lo que sienten. Regalan sonrisas y marcan las miradas. Seleccionan los momentos con una fecha. Dejan las historias sin final. Olvidan lo que sienten antes de que les de tiempo a saberlo. Ahora, se dice "Te quiero" como quien dice "Hola". Los besos se regalan y los calentones a cualquier hora de la tarde son rutina. Si eso les llena...vale, pero eso no es para mí. Porque, cuando digo "Te quiero" es porque te quiero, de verdad, sin contratos, sin papeles, sin intereses y con todas las consecuencias que conlleva hacerlo. 

domingo, 7 de octubre de 2012

El prejuicio es el hijo de la ignorancia

Es fácil mirar a la gente y preconcebir ideas erróneas y totalmente descaminadas de la realidad, rápidas y fuertes como el acero, martilleando dentro de nuestras cabezas sobre alguien, personas totalmente escondidas de la sociedad, sobre sus parientes o acerca de su pasado. Pero estarían asombrados ante el dolor y las lágrimas que oculta una sola sonrisa. Lo que una persona así muestra al mundo es solo una minúscula faceta del iceberg recóndito y abandonado a la deriva, en medio del océano fraudulento, fuera del alcance de nuestros inconscientes ojos. Lo que uno no sabe, es que la mayoría de las veces, si se para uno a  observar o se concede un momento para examinar el colosal témpano de hielo, verá que está marcado con grietas y cicatrices que recorren todo el camino hasta los cimientos de su alma. Acechando al derrumbe.

martes, 2 de octubre de 2012

La muerte no llega más que una vez, pero se hace sentir en todos los momentos de la vida.

-Me decía a mí misma que imaginar que tenía un tumor cerebral no iba a afectar a la invisible realidad de lo que sucedía dentro de mí y que, por lo tanto, todos aquellos pensamientos eran momentos perdidos en una vida que,  por definición, está formada por una cantidad finita de momentos.-

La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.


Sé que a muchos os parecerá una tontería. A otros, lo más normal del mundo. Y otros muchos, similares a mí, algo poco creíble. Pero sí, parece ser que en mi pequeño mundo de hielo particular con su gran e infinito cielo siempre encapotado, ha salido el sol.